Tras un año de espera, el pasado 6 de julio llegó el momento. El Mad Cool Festival 2023 daba comienzo con una edición que traía muchas incógnitas. Y es que, por tercera vez, el festival estrenaba recinto. Tras su nacimiento en la Caja Mágica y las 3 últimas ediciones en Valdebebas, el Mad Cool estrenó su nuevo hogar en Villaverde. Tras las buenas sensaciones de las últimas 2 ediciones, esta mudanza suponía un nuevo comienzo con el peligro de revivir los fantasmas del pasado. Sin embargo, los primeros renders del recinto dejaron muy buenas sensaciones, pero… ¿será oro todo lo que reluce?. Os lo contamos a continuación.
Con la incógnita de cómo estaría el tema movilidad, decidimos no arriesgarnos y llegar al festival a primera hora de la tarde. Por ello, no tuvimos ningún problema para entrar, aunque según escuchamos, horas más tarde se formaron colas kilométricas para entrar.
Al entrar, nos encontramos con un recinto enorme (supuestamente casi el doble que el anterior), que sin embargo nos produjo varias dudas. Los 2 escenarios principales estaban dispuestos en paralelo y con una gran explanada para el público pero separados por la enorme mole de las zonas VIP; el problema es que rodear la zona VIP no bastaba ya que en medio del recinto y a la altura de la zona VIP se encontraba la gigantesca única zona de baños de todo el recinto. Por ello, para ir de un escenario al otro, tan solo quedaba un pasillo que aunque era ancho, habría que ver cómo se comportaba con el recinto lleno. Al otro lado de los baños, los ya típicos puestos de los patrocinadores (sí, más obstáculos), la noria, la zona de comidas y los 6 escenarios restantes.
El festival arrancó para nosotros con el directo de City and Colour. La banda canadiense fue un pistoletazo de salida perfecto para el festival. Con ese rock con toques country y sus melodías melancólicas consiguieron hacer entrar en calor a los asistentes que poco a poco se iban acercando al festival.
A continuación, cambiamos de escenario para disfrutar de The Offspring. Con su actitud habitual, la formación nos regaló un repaso por sus mayores hits. Sin duda, se metieron a los más fieles en el bolsillo aunque de vez en cuando notásemos algún problemilla a nivel vocal. En general, fue una actuación solvente pero que no entrará entre las mejores dela historia del festival.
Con bastante expectación y mucho look emo en el público, llegó el turno de uno de los artistas que más curiosidad nos despertaba. Machine Gun Kelly saltó al escenario con una impactante escenografía dominada por una gran pirámide en la que hizo acto de presencia el artista. El estadounidense, con mucho fuego y humo mediante, exprimió al máximo su hora de concierto y no se dejó ni un solo tema en el tintero, incluyendo colaboraciones como la que tiene con Yungblud. Además, se atrevió con el español haciendo una sorprendente versión de «Danza Kuduro». Sin duda, dió todo lo que sus fans esperaban de él.
Casi desdoblándonos en dos, conocimos el escenario 3 para disfrutar de alguno de los temas de The 1975. El solape de la banda británica con MGK fue uno de los más polémicos cuando se conocieron los horarios del festival. Sin embargo, nos encontramos con un escenario abarrotado al que era incluso difícil acceder, en parte debido a los contenedores industriales instalados a modo de aislante del ruido de los escenarios principales los cuales dejaban una entrada relativamente estrecha a la zona de este escenario. Los británicos dieron un concierto correcto aunque no llegamos a conectar con ellos. Quizás fueron las altas expectativas o las ganas que teníamos de este concierto, pero nos resultó algo monótono y falto de ritmo.
Y llegamos a la sección más pop del festival. Lizzo se subió al escenario 2 con una puesta en escena glamurosa, repleta de neones, ventiladores y cuerpo de baile. Nos dio todo lo que esperamos de una diva del pop: actitud, visuales, twerking, cambios de vestuario… y sobre todo vozarrón. Y es que la estadounidense nos dejó con la boca abierta con su derroche vocal. Por supuesto, también mostró su destreza con el rap. Sin duda, fue una opción muy divertida para comenzar la noche de esta primera jornada de Mad Cool.
A continuación, llegó el plato fuerte del día. El recinto se llenó para recibir a Robbie Williams. El carismático cantante, se metió al público en el bolsillo haciendo un recorrido por toda su carrera (pullitas a Take That incluidas). Si bien, lo suplió con su arrolladora personalidad, quizás nos faltó un poco más de música y menos chascarrillos entre canción y canción. En cualquier caso, guste más o menos, el británico demostró que está ahí por derecho propio con un show en mayúsculas totalmente milimetrado y con una conexión con el público que ya querrían muchos artistas.
Con alguna dificultad para movernos en el recinto y descartando totalmente pasar a los baños viendo el tapón que se estaba formando, conseguimos llegar al inicio del concierto de otro de los artistas del momento, Lix Nas X. De nuevo, nos encontramos con una escenografía que fue un derroche visual. Muchos cambios de vestuario, mucha coreografía y cero prejuicios tomaron protagonismo en el set del artista. Comenzar por «Montero (Call me by your name)», el que es probablemente su mayor éxito es sin duda una maniobra arriesgada. Sin embargo, el espectáculo no decayó en ningún momento aunque en ocasiones, echamos de menos más voz en directo (ya que capacidades le sobran) en lugar de las voces pregrabadas que dominaban para poder lucirse con el baile.
Y para terminar el primer día, no podíamos irnos sin pasarnos un ratito a disfrutar de Franz Ferdinand que abarrotaron el tercer escenario. La banda escocesa está presentando su gira de grandes éxitos y demostraron el por qué de esos éxitos. Con un directo impecable y contundente enlazaron hit tras hit hasta que al finalizar su show terminó una buena primera jornada de festival. Punto a favor dela organización el habilitar la salida de emergencia situada en este escenario para desalojar el recinto con menos aglomeraciones.
La vuelta a casa, en general fue rápida y cómoda aunque, debido a la lejanía de los puntos habilitados para el transporte público, echamos en falta una mejor señalización.
En resumen, el inicio de este Mad Cool 2023, fue una jornada potente en lo musical, con algún problema de fácil solución en lo organizativo y en la que lo que más dudas arrojó fue la distribución del nuevo recinto que ya, en la primera y menos concurrida jornada del festival, mostró síntomas de ciertas aglomeraciones.
Estad atentos a nuestro blog porque muy pronto s seguimos contando. Mientras tanto, podéis disfrutar de algunas imágenes de este primer día de Mad Cool.
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