Aún con las legañas en los ojos y sin haber tenido tiempo de asimilar todo lo ocurrido el día anterior, llegaba la segunda jornada del Festival Gigante. El día comenzaba bien pronto ya que durante la mañana, la música se citó en la Plaza Cervantes. La fiesta comenzó con Bewis de la Rosa, una artista con un estilo único que conquistó a un buen puñado de personas que desafiaron al sol y se pasaron por allí. El plan desde luego era perfecto, paellada popular, cata de vermú, fiesta de la espuma y la música de Bewis. Después de hacer un parón para comer, llegamos a tiempo para disfrutar del último concierto de la mañana. Bita con su sesión dj, llenó la plaza de buen rollo y confetti con una selección de temazos que nos puso a bailar sin parar. Porque… ¿Quién quiere siesta habiendo fiesta?.
Ya por al tarde en el recinto, llegamos pasadas las 19h para disfrutar de Tulsa. Con un público que aún iba llegando poco a poco al recinto, la artista desplegó su pop pausado sobre el escenario del Gigante. Acompañada por guitarra y batería, lo suyo fue un concierto más que concierto inundado de mucha clase. Sin embargo, nos dio la sensación de que hubiese estado bien un estilo algo más potente para entrar en calor.
A continuación, directos desde Uruguay, No te va gustar subieron al escenario. No los conocíamos y la verdad que nos conquistaron. Con un estilo rock, muchos músicos sobre el escenario y un directo enérgico, se metieron al público en el bolsillo. Si a todo eso le sumáis, que invitaron a cantar con ellos a Gabriel, vocalista de Shinova, el resultado no podía ser otro que un disfrute máximo.
Caía la noche en Alcalá de Henares y trajo consigo el primer chaparrón del festival. Sin embargo, eso no hizo que la multitud que llenaba el recinto se moviese de allí. Y es que nadie quería perderse a Rufus T. Firefly. Comenzando su concierto con un precioso plano entre tinieblas donde los dos teclados tomaban todo el protagonismo, el concierto fue totalmente in crescendo. Rufus siempre son sinónimo de calidad y esta vez no fue para menos. Afortunadamente, la lluvia no duró mucho y pudimos disfrutar de lo lindo con la psicodelia de la banda.
A continuación llegó uno de los platos fuertes de festival. Ahora sí que no cabía ni un alma en el recinto y multitud de fans se esforzaban en conseguir encontrar el mejor hueco para disfrutar de su ídolo. La experiencia de Loquillo se metió en el bolsillo al Gigante. Con una multitud totalmente entregada, parecía que la tarea del artista fuera fácil. Sin embargo, no por ello dejó de entregarse al máximo y él y toda su banda ofrecieron un concierto a la altura donde el rock clásico fue el gran protagonista.
El concierto trajo consigo otra de las sorpresas de la noche cuando Loquillo invitó al escenario a Sabino Mendez para la parte final del concierto. La única pega que podemos poner, aunque seguro que sus mayores fans no opinarán lo mismo, es que el concierto se alargó casi media hora más de lo previsto y, en nuestra humilde opinión, eso no debería permitirse ya que puede repercutir en tener que recortar los sets de artistas posteriores.
Durante el concierto de Loquillo, no pudimos resistirnos a hacer una visita exprés al escenario Vibra Mahou. Allí era el turno de Habla de mi en presente. Esta banda multicultural, lleva la tecno-rumba por bandera y su concierto no pudo ser más divertido. Buen rollo, actitud, estilismos locos y buena música acompañaron a las no pocas personas que se decidieron por la propuesta.
Tras el concierto de Loquillo, nadie se movió de allí, porque llegaba el turno de uno de los triunfadores de la noche. Shinova saltaron al escenario dispuestos a hacer saltar a todo el festival. Y vaya si lo consiguieron. Los de Berriz hicieron un repaso por los mayores hits de su carrera en una sucesión que no nos dejaba ni un momento para respirar. La energía de la banda al completo es digna de mención, pero es que lo de Gabriel, su vocalista es una locura. Sin fallar ni una sola nota, no paró quiero ni un segundo, haciendo que la comunión con el público fuese total. Sin duda, fue uno de los conciertos más coreados del día, si no el más. Ojalá volver a disfrutarlos muchas más veces en el Gigante.
Y para terminar la noche nos dispusimos a disfrutar el frustrado concierto de Amatria. Y decimos frustrado porque los problemas técnicos fueron, desgraciadamente los grandes protagonistas del set. Fueron dos las ocasiones en las que Joni saltó al escenario e intentó comenzar el concierto, sin embargo el sonido no llegaba a los músicos como debería y les era imposible entrar en tempo a los temas. El retraso ya acumulado por el final tardío del concierto de Loquillo no hacía más que añadir aún más presión al artista, que no podría esconder su frustración.
Finalmente, cuarenta minutos después y al tercer intento, consiguieron comenzar un concierto exprés ya que sólo tuvieron tiempo de tocar los últimos temas de su setlist. Al menos, podemos decir que pudimos disfrutar en directo de los nuevo temas de Amatria. Además, la respuesta del público no pudo ser mejor, no solo no se movió ni un alma de allí, sino que no nadie paró de animar al artista y, cuando comenzó la música, la fiesta fue total. Esperamos que esta mala experiencia no suponga ningún problema y que podamos disfrutar de Amatria en futuras ediciones del festival.
Y hasta aquí lo que dio de sí esta segunda jornada del Festival gigante 2023. El lunes volvemos con la ultima parte de la crónica. Mientras tanto, os dejamos con las mejores imágenes de esta segunda jornada:
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