La historia de Militares Judías comenzó a escribirse hace ya diez años, cuando tres músicos se juntaron por casualidad. Ellos eran César (batería) y Pablo (guitarra, voz, etc.), amigos en común de David (bajo), ya ex componente. Los tres llevaban unas cuantas décadas trabajando en esto de la música, tal y como confirmaban sus canas y cicatrices. Sin embargo, mantenían intacta la ilusión por llegar cada día al almacén de un polígono industrial y tocar versiones de Ramones, Bauhaus o Ilegales.
Desde que comenzaron a dar forma a sus primeras canciones, la banda tuvo claro que cocerían a fuego lento sus temas. También que mezclarían ruido y brutalidad con experimentación y texturas electrónicas. Como resultado, tenemos un sonido que recuerda al rock australiano y que deja posos de los post-punk de los 80. De hecho, aunque nos resulta muy difícil hacerlo, ellos mismos se aventuran a definir su sonido como “una amalgama multitentacular”. Además, ellos solitos consiguieron aprender a usar programas de registro y edición que les permitieran materializar sus ideas. También les ayudó en este sentido la figura de Andrey, un productor de urban y electrónica que terminó integrándose en este maravilloso engranaje. También las letras son marca de la casa, y aunque en un primer momento nacen como frases improvisadas, terminan conformando textos realmente surrealistas.
Poco a poco y entre tanta diversión comenzaron a dibujarse una serie de riffs que fueron perfilando cuatro pistas. Luego hubo que dar forma a estas, amasarlas lentamente, añadirles unas teclas… y hasta reprodujeron las grabaciones al revés. Cualquier excusa era buena para encontrar sonidos interesantes que representaran el asalto sonoro de Militares Judías. Aquellas improvisaciones infernales en las que los tres trabajaron incluso en la distancia son el fruto musical que hoy celebramos. Primero vino “Dosis de recuerdo” en marzo del presente año, luego “Enésima víctima” a primeros del pasado mes de mayo. Y hoy, por fin, estos dos temas junto a otros dos inéditos quedan recogidos en su primer EP: “Primeras maniobras”. Sin duda, un trabajo que viene a dejarnos sordos, pero también a materializar musicalmente una historia de lo más interesante.
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