Aún cansados tras un maratoniano inicio, acudimos a la segunda jornada del Mad Cool Festival 2023. Si el día anterior hubo ciertos problemas en los accesos, en esta segunda jornada todo quedó solucionado y la entrada al festival fue ágil para todo el mundo.
Por nuestra parte, empezamos la fiesta con el rock de Spoon. La banda tuvo que hacer frente al sol abrasador que apretaba en Madrid a media tarde. Aún así, no fueron pocos los valientes que decidieron pasarse por allí y sin duda fue una buena decisión. La banda hizo alarde de su estilo único repasando lo mejor de su último disco, pero sin olvidar los hits de sus primeros trabajos.
La fiesta prosiguió con una de las propuestas más originales y arriesgadas. Puscifer hicieron acto de presencia sobre el escenario al más puro estilo Men in Black. Lo suyo fue un concierto que para bien o para mal no te podía dejar indiferente. Con un estilo experimental y mucha creatividad, el también vocalista de Tool encandiló a un buen puñado de personas que no quitaron vista del escenario.
A continuación llegó el tuno de uno de los conciertos más masivos de la jornada y eso que aún el calor apretaba como el propio Sam Smith apuntó. El británico hizo gala de su buen directo haciendo un repaso por su carrera. Empezó por sus primeros temas, algo más íntimos y sobrios para poco a poco ir in crescendo hacia esa época de luz, color y liberación en la que vive ahora. En su puesta en escena no faltó una gran figura hinchable que simulaba un cuerpo tumbado, coristas y cuerpo de baile. Con multitud de cambios de vestuario, el británico demostró que ya no le tiene a nada y que se sube al escenario para ser él mismo. Mención especial, su simpatía y conexión con el público que lo convirtió, para sorpresa de muchos, en uno de los conciertazos del festival.
Tras él, tocó un cambio de estilo radical. y es que llegó el turno de Queens of the Stone Age. Aún con un sol que se resistía a desaparecer, los californianos se pusieron manos a la obra. Y lo hicieron empezando fuerte con temas como «No One Knows», lo que hizo presagiar que sería un concierto en el que no habría ni un momento para respirar. Y así fue, mucha calidad y mucho rock para el atardecer de esta jornada de viernes que el abundante público presente no dejó de corear ni un solo momento. Definitivamente, el de QOTSA fue otro de los conciertos top del festival.
Y siguiendo para bingo (como dirían los amigos de la barraca de Vibra Mahou), llegó el turno de otros de los cabezas de cartel. Ya avisamos que fue otro concierto inolvidable lo que convirtió al viernes, en posiblemente la mejor jornada de esta edición del Mad Cool. Mumford & Sons saltó al escenario principal ante una multitud deseosa de disfrutar. Los británicos se metieron al público desde el principio con temas como «Babel» o «Little Lion Man». Con su característico folk y tras muchos años sin pasar por Madrid, la banda consiguió el objetivo y no decepcionó. El vocalista de la banda es un artista multidisciplinar y lo mismo canta, que toca la guitarra, el piano o la batería; todo un show. Mención especial merece ese espectacular final con fuegos artificiales mientras sonaban los últimos acordes de «I Will Wait».
Y si Mumford & Sons fue uno de los conciertos del día, nos dejó también 2 de los solapes más dolorosos de todo el festival. Haciendo malabares pudimos pasarnos por el escenario 4 para disfrutar de algunos temas de Delaporte. Jugando en casa, esta banda ofreció lo que mejor sabe hacer; poner a bailar a todo el mundo. Pese al solape, la carpa estaba hasta los topes de gente que lo dió todo con el dúo. Mientras tanto, en el escenario 3, los islandeses Kaleo también consiguieron salir airosos del solape dando un concierto en el que reinó la calidad. Lo suyo fue un directo impecable que incluso se hizo corto. El público estuvo totalmente entregado y enloqueció en cuanto empezó a sonar el archiconocido «Way Down We Go».
Para ir terminando el día, nos dispusimos a disfrutar de The Black Keys. Veníamos de varios conciertos que dejaron el nivel muy alto y en este caso, nos quedamos con un sabor agridulce. Nadie duda de la calidad de esta banda, sin embargo sentimos que no consiguieron llenar del todo el escenario y que la conexión con las miles de personas allí presente, fue algo fría. No obstante el público disfrutó igualmente y ni tenemos que decir que cuando sonó «Lonely boy», fue un momentazo que consiguió que nos olvidáramos por un momento de este concierto a medio gas.
Ya solo quedaba cerrar el Mad Cool, pero eso os lo contaremos en la última parte de la crónica. Mientras tanto, podéis disfrutar de las mejores fotos de la jornada aunque en esta ocasión, debido a las limitaciones de los equipos de los artistas, nos quedamos con ganas de capturar muchos momentos:
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