El pasado viernes 7 de agosto nos citamos con el directo de Rufus T. Firefly en el Teatro Egaleo de Leganés. Tal vez nos conformábamos con disfrutar de su siempre magestuoso directo, pero lo cierto es que fue inevitable tocar el cielo durante sus 90 minutos de duración. Como pudimos comprobar, la organización fue realmente rigurosa con todas las medidas de seguridad, lo cual agradecieron los asistentes. Y dicho esto, hablemos del plano musical donde Rufus T. Firefly demuestra tener uno de los mejores directo del panorama nacional.
El concierto comenzó fuerte con «Tsukamori», ese himno eterno que abre el telón de su álbum “Magnolia” (2017). Era imposible elegir mejor un tema para comenzar el concierto, lo que terminó erizando nuestra piel al recordarnos la emoción que suponía volver a sentir un directo de Rufus T. Firefly. A continuación, se sucedieron las míticas canciones de su último álbum, “Loto” (2018). Es increíble cómo «Final Fantasy» y «Demogorgon» fueron capaces de teletransportarnos a otra galaxia sin despegar los pies de Leganés.
Por suerte, Rufus T. Firefly encontró el momento para dar marcha atrás en el tiempo y desplegar su álbum “Nueve” (2014). Una auténtica joya de la que rescataron temas como «El problemático Winston Smith» y «Pompeya» que a veces no disfrutamos en otros setlists.
En un determinado momento, Víctor Cabezuelo (vocalista) agradeció a todos los asistentes su apuesta por la música en directo a pesar de la difícil situación actual. Además, destacó sus planes de grabación del nuevo disco que han sido retrasados hasta septiembre. Tras este paréntesis, volvieron a retomar el álbum “Magnolia” para hacernos vibrar con algunos temas míticos. Como si fuera una lluvia imparable de estrellas, el público gozó el tiroteo de temazos como «El Halcón Milenario», «Pulp Fiction», «Nebulosa Jade» o «Magnolia».
Pese a la obligatoriedad de llevar mascarilla, el público se mostró activo y participativo bajo aquel «anochecer brillante». Fue realmente emocionante sentir su continua entonación .bajo el cielo estrellado de Leganés. Ciertamente, resultó complicado conseguir mantener sentado en todo momento a un público tan entregado a Rufus T. Firefly. Finalmente, sonaban los primeros acordes de «Río Wolf» cuando todo hacía presagiar que esa bonita noche estaba llegando a su fin. Por supuesto, el público cumplió también las normas de seguridad y los de Aranjuez se rindieron ante él en un saludo final destacado por las distancias de seguridad.
Sin duda, resultó sencillo dejarse llevar por el arte de Rufus T. Firefly en una noche para la posteridad. Por supuesto, les agradecemos que nos hicieran evadirnos momentáneamente de los complicados y convulsos tiempos que estamos viviendo además de su continua apuesta por la cultura a pesar de las delicadas circunstancias.
Como conclusión, reconocemos que el rock alternativo con aires de psicodelia de Rufus T. Firefly es una apuesta segura. Además, la dedicación y el cariño con el que fabrican sus canciones hacen de su proyecto algo único que llevan en volandas sus seguidores en cada concierto.
En definitiva: el mundo necesita más proyectos como éste. Pronto volveremos a vernos, Rufus T. Firefly.
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