Paren las rotativas: llegó el último día del Festival Gigante. Tras el éxito de la primera y la segunda jornada, todo estaba listo para la traca final. En cualquier otro evento de este calibre, esto implicaría cierto agotamiento entre los asistentes. Pero el público del Gigante aún lucía lleno de energía y con ganas de más, expectante ante cómo se desarrollaría su último asalto tras unos impecables y perfectos días previos que habían dejado tan buen sabor de boca.
Arrancó la última jornada con Alberto & García, mientras los asistentes acudían a lo que sería el primer último concierto de este año del festival. El grupo elegido para la ocasión cuenta con un largo recorrido a sus espaldas. Su variedad hispanolatina, hace que sea tan interesante al mezclar el folclore latinoamericano con electrónica y pop-rock. Sin duda fue un inicio de jornada perfecto.
Cambiando de escenario, pudimos ver a Colectivo da Silva en el Escenario Sideral. Esta banda granadina tan joven, cuenta con un sonido propio, pero que ellos mismos afirman seguir buscando. Con sus ritmos buen rolleros y sus letras un tanto naif, esta boyband española formada por siete chicos, sacaban alguna sonrisilla y varios bailoteos a los que estábamos allí presentes.
Mientras, unos Lücky Dückes en estado de gracia ponían en pie a los primeros asistentes situados en los merenderos que caían a los pies del Escenario Vibra Mahou. Más de uno terminó allí por pura curiosidad tras haber leído en las redes eso de que estos muchachos “se postulan como la nueva esperanza de la música alternativa”. A buen seguro, estas personas se fueron con un gran sabor de boca. Los murcianos fueron una de las grandes sorpresas de este Festival Gigante 2023. Con su directo confirmaron que tienen diéresis y pop-rock alternativo de sobra para poner patas arriba el panorama musical actual. No os perdáis su primer LP, “Tiempo de espera” (2018). Si el disco ya resultaba un trabajo inmenso, en directo se convierte en toda una bomba de relojería.
Comenzaba a caer el sol sobre el recinto de La Huerta del Obispo y un puñado de nubes rosadas dibujaban un atardecer de ensueño sobre Alcalá de Henares. No quiso perderse este espectáculo La Habitación Roja, que con exquisita puntualidad hacía acto de presencia en el Escenario Gigante. Los valencianos son uno de los grupos más veteranos del indie nacional, y eso se traduce en una apuesta segura en directo.
La banda, liderada por Jorge Martí, abrió el concierto con “El día internacional de los amantes”, el primer single de su último trabajo. Pronto hubo hueco para otros grandes temas de la talla de “La segunda oportunidad”, “Un día perfecto” o “Patria”. Es sorprendente como estos temas parecen envejecer como el buen vino. El lado más romántico de la banda salió a flote con los acordes de “Hasta el fin”. En este momento algunos de los asistentes intercambiaban miradas de complicidad con sus parejas, de esas que hacen morirse de envidia a todos aquellos que contemplan esa explosión de magia en directo. Todos, y repetimos, todos los allí presentes, terminaron saltando y en pleno éxtasis cuando sonaron algunos de los temazos atemporales de la banda, como “El eje del mal”, “La moneda en el aire” o “Voy a hacerte recordar”.
Al mismo tiempo, saltó al Escenario Vibra Mahou, el grupo catalogado como el resurgimiento del indie rock ibérico. Niños Luchando aparecieron en el escenario, con un sonido que nos hacía recordar a grandes bandas indies ya consolidadas con ligeros toques electrónicos. Tras la disolución de Aurora, este último proyecto de Javier Bolívar tiene algo que nos encanta.
A continuación, llegó uno de los momentos álgidos del festival con un grupo con gran solera en el panorama musical. Y es que La cabra mecánica celebraba el 25 aniversario de su primer disco. Los de Lichis, con solo tres exclusivos conciertos realizados en este año hasta la fecha, consiguieron hacer bailar a todo el festival, y es que… ¿Quién no se sabe sus míticas canciones que nos han acompañado tantos años?.
“La lista de la compra” es un buen ejemplo de esas canciones. Canciones que todo el mundo sabemos y que nos hacen darlo todo en cuanto suenan los primeros acordes. Otro claro ejemplo es “Felicidad”, como la que nos entró a los asistentes en cuanto la oímos. Pero tampoco faltaron míticas canciones de la banda como “Fábula del hombre lobo y la mujer pantera” o “Carne de canción”, canción con la cual se anunció la disolución de la Cabra Mecánica. Con el nostálgico concierto que dieron hicieron que todos los presentes disfrutarán al máximo del espectáculo.
Tras aquel obús musical en forma de mestizaje que puso patas arriba el Escenario Gigante, nos tocó correr. y es que no podríamos perdernos los últimos temas de Bauer en el Escenario Vibra Mahou. No fueron pocos los que decidieron aprovechar aquel momento para reponer fuerzas. Seguramente agradecieron escuchar de fondo a esta banda de contundentes ritmos y armonías escogidas a conciencia. Y es que, con tres discos a sus espaldas -y el último de ellos, “La salvación”, siendo presentado en directo en esta cita- la banda malagueña de las letras trascendentes tiene motivos más que suficientes para haberse ganado un huequito en el corazón de los amantes del indie nacional.
Otros que están grabados a fuego en el corazón de los amantes del indie patrio son Lori Meyers. Sin duda, fueron unos de los más esperados en esta edición del Festival Gigante. La banda granadina fue capaz, aunque fuera plena noche, de hacer que brillase el sol con sus canciones llenas de energía y potencia, iluminando los rostros de todo el público presente que cantaba a pleno pulmón sus temas.
En su repertorio no faltaron temas de su último trabajo como “Seres de luz” o “Hacerte volar”. Tampoco la reivindicativa “Punk” que puso al público patas arriba. Debe resultar difícil preparar un setlist con tantos trabajos increíbles a sus espaldas. Pero los de Loja siempre terminan encontrando el momento perfecto para sacar a relucir sus grandes hits. Temas como “Siempre brilla el sol”, “Emborracharme” o “Mi realidad”, son considerados ya verdaderos himnos de estadio en esto del indie nacional y así quedó claro en el Festival Gigante.
Mientras tanto, Cora Yako pisaba con fuerza el Escenario Vibra Mahou. Desplegaron su característico indie pop con toques punk, que tanto nos recuerdan a las míticas bandas de principios de los 2000. Con su recién estrenado último single “Mil formas de morir” y sus anteriores singles «Beso en un portal» y «Uno entre un millón» demostraron que el post-punk revival dosmilero sigue vivo.
Tras aquello, tocaba poner rumbo al Escenario Sideral, donde una enorme expectación se desataba ante la inminente aparición de Rigoberta Bandini. Y lo entendemos, porque lo de Paula Ribó es digno de aplauso. No es una simple actriz de doblaje, ni tampoco una artista que escribe, dirige y actúa en espectáculos. Lo suyo va más allá, porque un día se atrevió a componer canciones y, sobre todo, a crear un universo musical que entremezcla a la perfección lo místico con lo vital y lo reivindicativo.
Su setlist comenzó invitando a bailar con “In Spain we call it Soledad”, un inicio de fiesta por todo lo alto. Tampoco faltaron versiones como “Qualsevol nit pot sortir el sol” o el clásico “Corazón contento” de su admiradísima Marisol que tanto escuchaba cuando era una niña. Lógicamente, pronto llegaron sus canciones más laureadas como “A ver qué pasa”, “Julio Iglesias”, “Perra” o el exitazo “Ay, mamá”. Llamaba la atención, de hecho, vislumbrar entre el público una enorme cantidad de niñas y niños subidos a hombros de sus progenitores. Peques que además de disfrutar del espectáculo, coreaban las letras de la artista catalana al completo. Confirmemos lo evidente: aún hay esperanza con las nuevas generaciones indies que están por venir.
Con varios años en los escenarios a sus espaldas, El buen hijo sacó sus guitarras para demostrar de lo que son capaces con su popular indie rock. Sobre el Escenario Vibra Mahou sonó uno de los grupos que más despunta en el panorama indie. Con su hit “El hombre del tiempo”, popular gracias a la serie Paquita Salas, y con otros temazos como “Aunque Pene” y “Walasse Ting”, dejaron buen sabor de boca a todos los que se acercaron a verles.
Ya comenzaba a respirarse cierta tristeza viendo cómo la edición del 2022 del Festival Gigante iba llegando a su fin. Una sensación aplacada en cuanto Cariño salieron a comerse el Escenario Gigante. Delante les esperaba un público entregado, deseoso de ver en acción a la banda. María Talaverano, Paola Rivero y Alicia Ros son sin duda tres amigas con tremenda capacidad para hacer pop de ese que se clava desde la primera escucha. Sus letras llenas de descaro y cotidianeidad y su actitud llena de desparpajo consiguieron que aquellos que todavía dudaban si quedarse a disfrutar de este concierto, terminaran haciéndolo y con una bebida en la mano.
La banda femenina venía dispuesta a dar a conocer su nuevo disco homónimo entre los allí presentes. Sin embargo, no faltaron a la cita otros clásicos como “Canción de pop de amor” o “Bisexual”, este último convertido en todo un himno a la libertad sexual. Y es que, cuando Cariño lanza una propuesta tan indecente como la de “Si quieres puedes quedarte toda la vida conmigo”, la respuesta sólo puede ser afirmativa.
Kuve, alter ego de Maryan Frutos, hizo su aparición en el Escenario Vibra Mahou regalando su increíble voz a todos los allí presentes. Si una palabra puede describir a esta artista murciana es polifacética. Maryan es cantante, compositora y productora vocal. No tenemos duda de que Paquita Salas la calificaría como artista 360. Kuve enamoró al público con sus fantásticos temas como “3.0” o “El mundo es tuyo” con los que terminó de meternos en el bolsillo. Es una artista que siempre nos gusta ver y que nunca defrauda.
El fin de fiesta en el Escenario Sideral se acercaba. Corrió a cargo de Joe Crepúsculo, con quien nos citamos bien entrada la madrugada. Quizá las fuerzas comenzaban ya a flaquear tras casi tres jornadas maratonianas de festival en Alcalá de Henares, algo que quizá la organización había tenido en cuenta y consiguió evitar a toda costa trayéndonos la revolución tecno desde Barcelona hasta Madrid por un ratito. Y decimos ratito a conciencia, ya que el proyecto liderado por Joël Iriarte Parra no cuenta con ocho discos a sus espaldas por mera casualidad. Tal y como indica el título de su tema más reproducido, “Mi fábrica de baile”, sus canciones invitan a mover el esqueleto como si no hubiera un mañana. Un acierto seguro.
Mientras tanto, Superframe hizo lo propio en el Escenario Vibra Mahou. Los hermanos Ramón y Carlos, con varios años de experiencia que les avala, hicieron lo mejor que saben hacer. ¿Y qué es lo que mejor saben hacer?. Pues hacer bailar a todos los presentes con el «ritmo de la noche» marcado por ellos.
Con este tándem de lujo, llegó a su fin un fin de semana de ensueño. Un fin de semana marcado por la buena música, el buen ambiente y sobre todo, por el buen rollo que desprendió el Festival Gigante durante estos 3 días. Se despide un año más el Festival Gigante por todo lo alto. Ha sido una edición que ha dejado muy buen sabor de boca entre los presentes. Por eso mismo, el listón está muy alto para futuras ediciones, pero no tenemos ninguna duda de que se superará. Por nuestra parte, solo queda dejaros las imágenes de la tercera jornada y empezar a tachar en nuestros calendarios los días que quedan para la próxima edición del Festival Gigante:
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