La primera vez que escuchamos sus canciones sabíamos que nos encontrábamos ante uno de los artistas indie folk más interesantes. Y es que Giulio Cantore es uno de esos artistas a los que merece la pena pararse a escuchar. Cuando decimos pararnos es literal, puesto que su música es el remedio perfecto cuando toca poner la vida en pausa. Tal vez sea por su amor a los paisajes o a la naturaleza, o por cómo es capaz de convertir la madera en un instrumento de cuerda. Lo cierto, amigos, es que este guitarrista, lutier y compositor italiano tiene un talento innato para crear canciones realmente conmovedoras. Parte de la culpa la tienen sus raíces, que vinieron a despertar su pasión por la música a golpe de flamenco y música folclórica de varias partes del mundo.
Hace casi dos años descubríamos su historia, en el mismo momento en el que la crisis sanitaria azotaba al mundo. Entonces, el de Meldola aprovechaba el periodo de confinamiento para sacar a relucir toda su creatividad explorando la grabación casera. Esto es, se sirvió de medios realmente improvisados para montar un estudio en el granero de su casa. La ocasión lo merecía, pues la creatividad parecía desbordarse y había que aprovecharlo, lo que le permitió grabar tres singles: Livio, Tre Lire y Entre Vous (2020). El último, de hecho, fue todo un experimento musical para dejar constancia -musicalmente hablando- de cómo vivimos aquel confinamiento forzoso.
Luego, el músico italiano siguió trabajando en el que sería su tercer trabajo largo tras Talea (2016) y Derive (2017). De hecho, ya había dado a conocer algunos singles adelanto de su disco recién estrenado: “Di casa e altre avventure” (2022). Este trabajo refleja fielmente esa exploración sonora que Giulio Cantore ha realizado durante todos estos años. Este disco nos permite viajar por los sorprendentes paisajes montañosos de la región en la que Giulio habita, Emilia-Romaña. Allí, en su casa compartida situada entre las colinas, es donde ha nacido esta colección de ocho temas que hablan de la familia y del hogar como el eje fundamental de la vida, como ese punto de partida y ese lugar seguro al que siempre terminamos volviendo. Todos ellos han quedado recogidos en un trabajo que firma el sello discográfico Bajun Records.
El tercer trabajo de Giulio Cantore fue escrito, arreglado y grabado de forma casera en una típica “Casa del cuculo”. Este tipo de vivienda compartida es típica en las colinas de Emilia-Romaña, y en ella viven dos familias con niños así como otras personas que están de paso. En ella habitan un grupo de 11 personas -de las cuales 5 son niños- rodeadas de naturaleza y mucha paz. Sus vidas son tranquilas y carecen de grandes lujos, pues de hecho el agua potable llegó hace apenas unos meses. Los verdaderos placeres de la vida están en las pequeñas cosas, y ellos lo saben. De ahí que Giulio Cantore haya venido a plasmar su lado más íntimo y familiar en su nuevo disco.
A nivel sonoro, en este trabajo encontraremos temas de sonido indie folk así como otros que se encaminan hacia la música folclórica más refinada. Su producción y arreglos son sofisticados y profundamente cuidados, y en él han participado también otros grandes músicos de la talla de Giacomo Toni (voz en “La mia via”), Carl Cappelle (mandolina), Silvia Valtieri (piano y acordeón), Pietro Agosti (contrabajo) y Fabio Mina (flauta y saxo). Además, como no podía ser de otra manera, los familiares y convivientes de Giulio Cantore también han aportado sus voces. El resultado es todo un homenaje a esas personas -ellos, nunca mejor dicho- y a ese lugar físico que terminan convirtiéndose en hogar y, en consecuencia, en faro de guía cuando las cosas se tuercen.
VIDEOCLIP DE “LA MIA VIA” – GIULIO CANTORE
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