La primera vez que escuchamos a Los Intrusos del Savoy sentimos uno de esos flechazos que ocurren cada mucho tiempo. De hecho, sabemos que es una suerte estar coincidiendo en el tiempo y en el espacio con estos cinco muchachos. Si nos preguntan por qué, confirmaremos que, al menos a nosotros, nos resulta verdaderamente inevitable pasar al lado de una banda que cocina sus canciones a fuego lento y no terminar sentándonos a unos palmos de ellos para simplemente observar su delicado trabajo, el cual también disfrutan haciendo. Lógicamente, la vida es corta y merece la pena exprimirla haciendo aquello que nos hace felices, y ellos lo saben.
Son una auténtica máquina de estribillos pegadizos que, en combinación con bases rítmicas demenciales, se convierten en una bomba musical. Su estilo es cercano al rock alternativo, y consigue sorprender a propios y extraños por la bonita energía que transmite. Esos temas, cuyas letras hablan de situaciones propias de la vida, nos hacen soñar con un mundo mejor. Una sensación que ya nos dejó su primer trabajo, “A la Deriva” (2017), con el que emprendieron una enorme gira.
En 2020, cuando llevábamos tres años sin tener novedades musicales de ellos, reaparecieron en medio del caos. Corría el mes de mayo cuando aparecieron con su single “Perdido en la ciudad”, de exquisita y castiza portada. Aquel tema de elegantes guitarras sobre una ruptura reflejaba perfectamente la enorme fuerza con la que volvían a la carga. Luego vino “Abriendo caminos”, una muestra de la enorme positividad que transmiten las letras de la banda nacida en Salamanca. Y antes de que terminara el verano nos dieron a conocer aquel brillante “Tu calor deja tan frío”. Entonces, imaginábamos que la próxima noticia que tendríamos de ellos sería la publicación de su segundo disco, pero aún se guardaban un último adelanto: “Café de Malasaña”, una una preciosa bailada con olor a café tras el cristal en una desapacible tarde de invierno en Madrid que invitaba a recordaba con melancolía ese amor que ya no puede ser.
Por suerte, ya podemos dar la noticia que llevábamos tanto tiempo deseando: su sorprendente segundo disco ya es una realidad. Tras varios meses conociendo esos tan prometedores singles adelanto, es momento de hacerle hueco en nuestras vidas a “Para Siempre”. En él encontraremos una colección de diez temas, seis de ellos inéditos, convertidos en un respiro de la vida prepandémica. Para conseguirlo, cinco músicos se han dejado el alma trabajando hasta dar con el sonido que les define. Lógicamente, no han estado solos en este camino ya que han contado con la ayuda de Cristián Chiloé (Manuel Carrasco, Tequila, ELE, Lichis) en la producción, así como Dennis Blackham (Andrés Calamaro, Morgan, Coque Malla) en la masterización.
En este trabajo encontraremos un sonido rock alternativo que recuerda con nostalgia el pasado y mira adelante siempre con optimismo. Para ello, se bastan con sus letras envidiablemente honestas y, sobre todo, de un sonido rock moldeable negado a estancarse. Esto es, para ellos cada canción es una historia única e inigualable, y no hay dos que suenen iguales. Además, en él encontramos una mayor presencia de guitarras eléctricas, las cuales reflejan su gusto por los sonidos americanos. Sorprendentemente, a todas sus canciones les une algo: desprenden la energía y el compromiso del que está empezando y la sabiduría de quien lleva toda una vida desviviéndose por la música.
Deteniéndonos a observar este disco, comprobaremos que hasta la portada tiene un porqué que merece la pena pararse a conocer. Ellos mismos lo explican así en sus redes sociales: “En este disco, el color blanco de la portada refleja la enorme honestidad con la que hemos realizado este trabajo. Firmar con el símbolo del infinito suponía mostrar en el diseño el equilibrio de fuerzas que hubo durante toda su composición y grabación, además de representar elementos tan importantes para nosotros como la familia, el amor y la libertad hacia lo que uno quiere hacer”. Por ello, es lógico que este cuidado trabajo termine convirtiéndose en uno de los lanzamientos del año. Más allá de sus enérgicos temas, este trabajo devuelve la ilusión en tiempos tan convulsos: la vida es bonita y la música es sanadora, así que Los Intrusos del Savoy han decidido unirlas en un disco en el que perderse Para Siempre.
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